Saturday, August 31, 2013

Aquel segundo que no eras tu


Gris sobre gris como la sombra de los edificios amordazando una calle en invierno sobre New York. Ni el tumulto, ruidos, dramas de ciudad severa te albergan, la velocidad férrea corrompe las caras que se reflejan en el aluminio de los vagones pasajeros, muchísimo transito, ni un sentimiento.

Lenguajes múltiples, historias sin fin, estructuras sobre estructuras, luces, siluetas que aun no logran silenciar ecos fúnebres muy recientes, medios esqueletos, medios difuntos, parcialmente vivos.

Todos querían una mordida de la manzana la cual no sabían estaba cargada de cianuro, y tanto cemento y tantos tormentos.

Casi ninguno supo cuando celebro ya que estaba listo para salir en ese justo momento, saliendo como héroes derrotados, por puertas traseras de luces apagadas y camerinos sombríos, cual títeres olvidados dentro de algún cajón del circo del fracaso.

No entiendes dentro de el camuflaje así tampoco las insignias y señales que te explican meticulosamente donde estas o como llegar, te diste cuenta al ultimo Segundo que no eras tu.

Abrigos negros, oscuros, pardos, humo sale de las bocas presurosas estación tras estación, todos miran, bufandas encadenadas perfilan los patrones monocromáticos.

Nieve sutil, ligera, hiriente, blancura pasmosa portadora de densidad asfixiante, cortadora de piel y huesos.

Mirar lejos, subir la vista alto mas alto, observar dentro de seres de tinieblas que fueron personas por un instante.

Agua purpura dirigida por corrientes que no se ven y con fuerza inadvertida te ahogan súbitamente sin preguntar, estando a su merced.

Ciudad telaraña, red, lugar trampa, historia de la libertad cautiva, sonata del odio.

Proverbio cínico, impuesto por pagar.

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