Un juego de poder que te aplasta y te somete, que te mantiene atado.
Una semblanza de fuerza marchando en dirección a ti.
Tornado que arranca tus intenciones y te levanta violentamente sin
dejar posibilidades.
Acción repentina de sublevación, de rebeldía.
Quisiste establecer una estrategia sobre la naturaleza humana, sobre
la gente.
Pensaste un plan, un esquema, y no lo hay no es posible someter las
motivaciones, sitiar la voluntad de nadie.
Entonces una turba, un concentrado estado de esquizofrenia, una masa
dispersa te invade y te acorrala.
Tratas de explicarte y justificarte en lugar de aceptarte, originando
tu propia cacería, cárcel de espíritu.
Lo perdiste todo a cambio de reconocimiento y fama?
Te abandonaste a ti mismo en un
intento fallido de volver a ti?
Como vas a lograr conciliar tus acciones con la expresión de tu
rostro, como vas a preservar la felicidad que no brindas, y alejarte de las
tensiones de las furias que despertaste desde tu posición entre todos los que
una vez te colaboraron y hoy se preguntan cual es la cara del maniquí.
Estas detenido?
Avance reprimido, sutiliza de piedra.
Perdido en la estación, alienado dentro de tu cuerpo.
El gran evento que anunciaste y nunca sucedió, de frente la Mirada resignada
de todos los convocados que ya no te siguen.
Espacio pagado con mentiras y falsos sentimientos.
Me acuerdas el refrán, Quien juega a ser extrañado, termina siendo
olvidado.
En referencia a ti no me acuerdo de nada.
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